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Microhabilidad Maestría Emocional

De la Autorregulación

a la Influencia y la Contención

El tercer paso en el trabajo con las emociones es tener control y dar dirección a la energía emocional. ¿Cómo influye el líder en las emociones de los demás? ¿Cómo puede apoyar a otros? Manteniéndose centrado, calmado y consciente; de esa manera el líder crea un campo de resonancia empática que ayuda a que la otra persona también encuentre su centro, su calma y su conciencia. De la misma forma que una cuerda de guitarra puede hacer vibrar a otra en resonancia, una persona puede influir en otras evocando emociones en ellas. Basta ver filmaciones de líderes movilizadores para comprobar el poder enorme (y el peligro) de este tipo de influencia. De la misma manera que un líder como Martin Luther King puede orientarse hacia la conciencia, otro como Adolph Hitler puede orientarse hacia la inconciencia. La regulación e influencia de las emociones en los demás requiere ayudar al otro a compatibilizar el impulso expresivo de la emoción con sus objetivos e intereses de largo plazo. Este requerimiento de compatibilización es análogo a una negociación entre dos partes:
  • “¡Quiero expresar mis impulsos!”, dice una;
  • “¡Quiero hacer lo correcto!, dice la otra.

La clave es encarar esta negociación con la filosofía ganar-ganar. Mediante la consideración de los intereses que están por debajo de las posiciones, se pueden encontrar modos de expresar (y de que otros expresen) sus emociones en forma compatible con la situación y con los valores.

Del autoanálisis

a la Indagación de la emoción del otro

La cuarta competencia consiste en comprender la emoción y considerar la racionalidad de sus pensamientos fundantes.

Como vimos, toda emoción está validada por los pensamientos que la subyacen. Por eso no tiene sentido desafiarla o analizarla. Pero no hay ninguna garantía de que estos pensamientos estén bien fundados en la realidad (no hay datos para creer que hay un monstruo en la oscuridad cuando nuestro hijo pequeño nos llama asustado en la noche), o que estos pensamientos lo ayuden a uno a perseguir sus objetivos (no sirve para nada enfocarse en los aspectos incontrolables de la situación).

En la etapa de análisis, lo importante es usar la razón para indagar las fuentes de la emoción y su validez. También considerar las posibles vías de expresión que utilicen la energía emocional en forma productiva, es decir, que operen con efectividad, en armonía con los objetivos de largo plazo y en integridad con los valores.

El líder puede actuar como un observador desapegado (es decir observar desde la cuarta perspectiva, como un testigo no involucrado), además de aceptar y regular la energía emocional, ahora se convierte en un analista reflexivo. Es necesario distinguir la reflexión racional, de la recriminación. Analizar no significa invalidar ni censurar; significa evaluar la validez de los pensamientos y la conveniencia relativa de las diferentes acciones posibles. Es la cuarta perspectiva, la del testigo.

De la Expresión con Integridad

a la Escucha Respetuosa

De acuerdo con el Dr. Daniel Viscott:

“Si uno viviera de manera honesta, su vida se arreglaría sola. Si uno actuara con total honestidad, expresando sus verdaderos sentimientos a la persona que más necesita escucharlos, tal vez uno mismo, estaría haciendo su parte para ayudar al proceso de curación natural. Los beneficios que recibiría serían: estar en paz con su conciencia, sentirse saludable y estar conforme con uno mismo, siendo tal como es. También uno envejecería más lentamente, porque la energía que usaba para reprimir las emociones quedaría disponible para mantenerlo joven”.

Viscott informa haber encontrado estas consecuencias positivas en todos los pacientes que se embarcaron en lo que él llama “el proceso terapéutico natural”. Este proceso se basa en que la persona:

  1. Exprese sus sentimientos con honestidad;  
  2. Haga su duelo, perdone, y sane sus heridas;
  3. Admita las mentiras y distorsiones que cuenta (y se cuenta);
  4. Comprenda por qué las cuenta;
  5. Comprenda y responda de manera efectiva a sus verdaderas necesidades;
  6. Abandone sus falsas expectativas; se acepte a sí mismo como quien es
  7. Se haga responsable de crear su vida en libertad, prosperidad y felicidad.

Para expresar las emociones en forma consciente, es absolutamente necesario desarrollar las competencias descritas anteriormente y tomarlas como pasos necesarios: conciencia, aceptación, regulación y análisis.

Goleman comenta que, en sus conversaciones con gente de negocios en todo el mundo, ha encontrado dos equivocaciones generalizadas:

  • “Primero, la inteligencia emocional no significa ser simpático, agradable o suave. Por el contrario, a veces demanda confrontar a alguien con una verdad importante y desagradable que trata de evitar.
  • Segundo, la inteligencia emocional no significa dar rienda suelta a los sentimientos. En lugar de eso, significa administrar las emociones para expresarlas en forma apropiada y efectiva, lo cual permite que la gente trabaje en conjunto en aras de sus objetivos”.