Negocios Conscientes
Módulo 2
Colaboración I
La Escalera de Inferencias, es una herramienta indispensable para negociar y lograr acuerdos de manera efectiva, al liberarnos de los supuestos.
Definimos la escalera de inferencias como un modelo, un mapa “que ilustra cómo ascendemos mentalmente desde las observaciones hasta la toma de decisiones.”
“En el proceso, agregamos suposiciones, conjeturas, atribuciones, interpretaciones, opiniones, criterios, intereses y proyecciones para llegar a una conclusión. Todos los seres humanos hacemos inferencias. Es imposible vivir sin ellas. Pero no todas las inferencias son igualmente válidas y no todas las maneras de inferir son igualmente productivas.”
Por supuesto que la Escalera de Inferencias no es un objeto concreto, es un mapa, una invención mental que usa el lenguaje.
La escalera de inferencias no es un “objeto real” sino una invención lingüística. Su propósito no es representar una realidad objetiva e independiente, sino proveer un esquema conceptual que aumente la efectividad de las personas. Al organizar la danza conversacional en ciertos pasos, se hace más fácil entender por qué algunas interacciones son tan frustrantes y qué podemos hacer para mejorarlas.
El conocer cómo funciona este circuito, nos permite detenernos en algún peldaño, o simplemente reflexionar luego de haberlos subido a todos. También nos ayuda reconocer como los demás construyen sus propias escaleras.
En el primer peldaño están los datos disponibles, estamos rodeadas por una variedad infinita de componentes de “la” realidad, y sólo podemos percibir aquellos que nuestro filtro mental nos permite. Todos datos observables, incluyendo las palabras de los demás, tono de voz y movimientos del cuerpo; resultados estadísticos de una investigación de mercado; reportes contables, etc. Ejemplo: Carlos, gerente de sistemas, ingresa a la empresa y toma contacto con el ambiente de la oficina: el aroma al café recién preparado, los sonidos de las computadoras encendiéndose, la temperatura, el personal y toma nota de un mensaje escrito sobre su escritorio.
Es decir que el primer escalón alude al primer recorte inconsciente que hacemos de la realidad, de acuerdo a nuestro modelo mental.
En el segundo nivel están las interpretaciones, el cuadro de situación subjetivo que uno arma a partir de lo que observa, supone e infiere. En este nivel, se esboza una explicación sobre lo que está ocurriendo, sus causas y sus posibles.
Aquí se otorgar un sentido, una interpretación a lo observado: qué es, por qué sucede o para qué sucede. En nuestro ejemplo, Carlos lee la nota de su jefe: “apenas llegues, ven a mi oficina”. Ya le pareció raro que su jefe le haya dejado esta nota en papel, sin ningún aviso por e-mail o sms. Tiene que ser algo serio.
En el tercer nivel están los juicios, las opiniones que tenemos sobre lo que pasa, o interpretamos que pasa. Estas opiniones surgen de la comparación de nuestra interpretación con valores y parámetros. En este peldaño decidimos que algo es “un problema” o “una oportunidad”, “una desgracia” o “una suerte”, “una vergüenza” o “un orgullo”.
Carlos piensa que siendo algo tan importante el ya debería haber estado en la oficina “si me hubiera texteado, probablemente me habría apurado un poco más”, debe ser algo malo como para hacerlo así. Carlos piensa que en la última reunión molestó su insistencia en el incremento del presupuesto para su área, seguramente es por eso. Se pregunta por qué nadie en la empresa tiene tantas trabas para el presupuesto como él, le molesta que ahora tenga que tratar ese tema.
En el cuarto nivel están las conclusiones y las decisiones acerca de cómo actuar. Dada la interpretación de la situación y los juicios que hacemos sobre ella, tomamos decisiones. Evaluamos posibles estrategias, proyectando su efecto sobre la situación actual y eligiendo aquella que más se acerque a la situación deseada
Una vez arriba de la escalera, todo mi circuito de pensamiento se materializa y es visible hacia el exterior. El pasaje a la acción tiene consecuencias concretas en “la” realidad, y esa acción será muy probablemente materia prima para las escaleras de inferencias de la gente que se encuentre a mi alrededor. Carlos piensa que no puede permitir ese maltrato, que debe dejar claro su aporte a la compañía. Finalmente ingresa a la oficina de su jefe, lo mira fijo y le dice: “basta, hasta aquí llegó mi paciencia”.