Fostering Talent - Instituto de Desarrollo Personal y Profesional

Certificación Internacional

Liderazgo Personal

Módulo 3

Libertad Incondicional

Fuentes de los modelos mentales

Las fuentes de los modelos mentales son los filtros a través de los cuales los seres humanos organizamos y damos sentido a nuestras experiencias.

Podemos identificar cuatro fuentes:

  • la biología
  • el lenguaje
  • la cultura
  • la historia personal.

Estas cuatro fuentes determinan también la respuesta “habitual” a ciertas circunstancias, programada en el modelo mental.

 

La biología

La similitud de nuestra biología nos permite operar en una realidad común: por ejemplo, jugar al baloncesto. Sin embargo, el que es bajo de estatura percibe la realidad del juego diferente al que es alto.

 

El Lenguaje

El lenguaje es el medio en el que se estructura la conciencia del ser humano.

El lenguaje es el espacio de sentido en el que lo que llamamos “la realidad” (la nuestra) aparece en forma inteligible y comunicable.

 

La Cultura

La tercera fuente de los modelos mentales es la cultura.

Se puede considerar la cultura como un modelo mental colectivo.

 

Historia personal

La cuarta fuerza que da forma a los modelos mentales es la historia personal: está condicionada por el sexo; la nacionalidad; el origen étnico; las influencias familiares’ la condición social y económica; el nivel de educación; la forma en que uno fue tratado por sus padres, hermanos, maestros y compañeros de la infancia; la manera en que uno comenzó a trabajar y se volvió auto-suficiente, etc.

“Yo jamás iría a la hoguera por una opinión mía, después de todo no tengo certeza alguna. Por el contrario, defendería el derecho de poder cambiar de opinión cuantas veces yo quiera.” 

Friedrich Nietzsche

Certeza

No es de extrañar que la gente crea con total convicción cosas como “lo que yo veo es lo que está allí”, “lo que yo digo es lo que el otro debería escuchar” y “lo que yo escucho es lo que el otro dice”.

Pero, aunque parezcan razonables, estas frases no son correctas. Más aún, son peligrosas. Como decía Nietzsche, “sólo un demente se deja guiar por la certeza”. Cuando uno cae en la trampa de la certeza, asume que la realidad tiene que ser de la manera en que uno ve las cosas y, por lo tanto, que todo el mundo debe verlas de la misma manera. Si alguien no está de acuerdo con las percepciones, opiniones, sentimientos y acciones de uno, forzosamente debe de estar equivocado, ser ignorante o tonto. La certeza no deja espacio para modelos mentales alternativos, e impide reconocer que la experiencia personal no es la realidad incondicional.

La certeza es uno de los mecanismos de defensa del modelo mental. Así como el sistema inmunológico genera anticuerpos para destruir microorganismos agresores, el modelo mental genera opiniones descalificadoras para destruir los desafíos a sus certezas.

Por ejemplo, uno presume inmediatamente que quien se opone a sus ideas tiene un propósito oculto o malas intenciones. O suele ocurrir que uno asume que ya cuenta con toda la información relevante, por lo cual escuchar a los otros es una pérdida de tiempo.

La certeza impide que la persona considere situaciones o ideas radicalmente distintas de las de su modelo mental. Si uno cree que su verdad es la verdad (absoluta y cierta), no puede cambiar cuando cambia el mundo. Queda atrapado en su (realidad) creyendo que es la realidad; estancado en las viejas ideas que le impiden adaptarse. Esta actitud es fuente de innumerables problemas en las interacciones humanas. Un jefe le dice a su empleado que “en realidad” su trabajo es inaceptable, en vez de decir que él no está satisfecho con su trabajo.

Un cliente le dice a su proveedor que “en realidad” el producto es demasiado caro, en vez de decir que él no está dispuesto a pagar su precio. Un manager le dice a otro que “en realidad” tienen que cambiar el diseño del producto, en vez de decir que esos cambios son los que él preferiría. Un CEO le dice a su gente que “en realidad” la compañía debe redimensionarse despidiendo empleados, en vez de decir que él no sabe cómo hacer rentable a la compañía sin reducir sus costes laborales.