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Módulo 5

Juicios y Hechos

Los juicios

Los juicios son aquellas aseveraciones que hacemos, desde nuestra interpretación y donde se puede discrepar con lo que estamos diciendo. En este caso, como con todas las declaraciones, las palabras crean mundos. Por lo tanto el compromiso social que contraemos al hacer esas interpretaciones o juicios, es muy diferente al que contraemos al hacer afirmaciones. Con los juicios creamos una realidad nueva, una realidad que sólo existe en el lenguaje. Si no tuviéramos lenguaje, la realidad creada por los juicios no existiría. Estos son otro claro ejemplo de la  capacidad generativa del lenguaje. Los juicios siempre viven en la persona que los formula. Si por ejemplo yo soy el gerente de la multinacional donde trabaja Graciela, tengo la autoridad de emitir el siguiente juicio “Graciela es eficiente en su labor” y de que éste sea válido. La validez o invalidez de un  juicio la da la autoridad que uno tenga para emitir ese juicio. Sin embargo, por más autoridad que tenga, siempre puede haber alguien que tenga una opinión diferente.

Los juicios, como hemos dicho, son un tipo particular de declaración y su eficacia social reside en la autoridad que tengamos para hacerlos. Esta autoridad se muestra más claramente cuando ha sido otorgada formalmente a alguien, cómo sucede con un juez, un árbitro, un médico, un gerente, etc.

Todos estamos todo el tiempo emitiendo juicios, tengamos o no la autoridad para hacerlo, sin embargo, esto requiere un compromiso adicional. Y éste compromiso es poder fundarlos.

Muchos de los conflictos comunicacionales se generan porque discutimos sobre los juicios, no sobre las afirmaciones y los juicios son siempre una interpretación de nuestra percepción de los hechos.

Los juicios y la estructura de la temporalidad

Cuando decimos “Google es un buscador muy útil”, estamos emitiendo un juicio acerca de Google, y para esto nos ubicamos en el presente. Pero también estamos haciendo una referencia al pasado. Para yo decir que Google es muy útil, tengo que haberlo usado en alguna ocasión. Esto es lo que distingue a los juicios de las otras declaraciones. Cuando emitimos un juicio, la gente entiende que nos hemos comprometido a “fundar” ese juicio, a partir de acciones que hemos observado en el pasado. El “fundamento” de los juicios tiene que ver con la forma en que el pasado es traído al presente cuando se emiten.

Los juicios también hablan del futuro. Cuando emitimos un juicio, como por ejemplo “Apple es la empresa más confiable en computación”, estamos implicando que, sobre la base de acciones observadas en el pasado, se pueden esperar ciertas acciones en el futuro. Como por ejemplo, si algún día necesito comprar una computadora, voy a comprar una computadora Apple.

Los juicios nos permiten movernos en el futuro de una manera más efectiva. Si no estuviésemos preocupados por el futuro, no habría necesidad de juicios. Es en cuanto suponemos que el pasado nos puede guiar hacia el futuro que emitimos juicios.

Poder reconocer y reexaminar nuestros juicios en forma habitual es una habilidad fundamental para el diseño estratégico.

Una de las consecuencias de no hacer la diferenciación entre afirmaciones y juicios, es que ello nos llevaría a tratar a los juicios como si fueran afirmaciones. Cuando hacemos esto restringimos nuestra capacidad de acción y no aprovechamos lo que los juicios proveen.

Tomemos un ejemplo, cuando digo “Martín es incompetente para dibujar planos” y tratamos a esta aseveración como si fuese una afirmación, podemos no ver que ser incompetente para dibujar planos, no es una cualidad de Martín, sino un veredicto que hacemos en el lenguaje, sobre la base de sus acciones pasadas. Al no verlo como un juicio, lo podemos tomar como una cualidad inamovible de Martín, tan sólida como una afirmación. Al mismo tiempo la proyectamos al futuro y suponemos que ésta es la forma de ser de Martín y que seguirá siendo así en el futuro.

Cómo se fundan los juicios

Llamamos fundamento a la forma en que el pasado puede utilizarse para formular juicios que nos apoyen efectivamente en tratar con el futuro. Los fundamentos por lo tanto, conectan pasado, presente y futuro.

Dividimos el proceso de fundar un juicio en cinco condiciones básicas:

  1. Siempre emitimos un juicio “por o para algo”. Siempre visualizamos un futuro en el cual nuestro juicio abrirá o cerrará posibilidades. Si yo digo “Carlos maneja muy rápido” tendré ciertas acciones posibles dependiendo de si necesito a Carlos para correr una carrera o para que lleve a mi hijo a la escuela.
  2. Cada vez que emitimos un juicio estamos suponiendo que se coteja con un conjunto de estándares de comportamiento para juzgar el desempeño de los individuos, que nos permiten evaluar la efectividad de sus acciones. Una persona puede decir “Pablo es un excelente expositor” y otro que es un muy buen expositor puede decir “Pablo es un expositor sin carisma”, no sólo porque sus observaciones de Pablo sean distintas, sino también porque los estándares con los que emiten los juicios son diferentes.
  3. Cuando emitimos un juicio, generalmente lo hacemos dentro de un dominio particular de observación. Si, por ejemplo, alguien rompe sistemáticamente sus promesas de devolvernos el dinero que le hemos prestado, tendremos una buena razón para decir que esa persona no es confiable en el dominio del dinero. Sin embargo, a menudo extendemos nuestros juicios más allá de nuestro dominio de observación.
  4. Se logra fundar los juicios al proveer afirmaciones en relación a lo que estamos juzgando. Cuando disponemos de afirmaciones que nos permiten medir respecto de algún estándar en un dominio particular de observación, podemos generar un juicio. Por ejemplo cuando digo “Diego es muy competente para conducir autos de carrera” y puedo afirmar que ganó las últimas cuatro carreras que corrió.
  5. La cantidad de afirmaciones que somos capaces de proveer para fundar un juicio no garantiza que lo consideremos bien fundado. Veamos el siguiente ejemplo “Juan es muy servicial en el trabajo”, debiéramos también examinar los fundamentos del juicio “Juan no es servicial en el trabajo”. Es decir, si no encuentro fundamentos suficientes para fundar el juicio contrario, esto quiere decir que el primer juicio no está fundado.

Para hacer un cierre podemos decir que los juicios siempre hablan de quienes los emiten.

Los juicios:

  • Los juicios viven en la persona que los formula.
  • Los juicios son discrepables.
  • Su eficacia reside en la autoridad de quien emite el juicio.
  • En los juicios que emito, me revelo ante el otro.
  • Los juicios forman parte de las declaraciones.
  • Generan una nueva realidad.
  • Emitimos juicios porque nos inquieta el futuro.

“El trabajo en equipo es el secreto que hace que la gente común logre resultados poco comunes.”

Ifeanyi Onuoha