Microhabilidad Modelos Mentales
El desafío en el Coaching Ontológico es mostrar que las acciones y resultados que tenemos disponibles en la vida, están directamente relacionados con el rango de percepción (y por lo tanto de explicaciones) que tenemos disponible y que la contribución que podemos realizar desde esta disciplina emergente es posibilitarle al aprendiz explorar otros modos de percepción que lo habiliten a nuevas reflexiones o acciones más efectivas con resultados más satisfactorios para el/ella.
La observación primaria que hacemos los seres humanos en la experiencia del vivir es la operación lingüística de distinguir, que consiste en diferenciar figura de fondo. Ante cualquier estímulo que recibimos buscamos distinguir, es decir, darle sentido a lo que percibimos. Para resultar ilustrativo, el siguiente ejemplo nos puede clarificar este postulado: “Si una noche despejada estamos solos mirando al cielo, probablemente la mayoría de nosotros distinguiría tan solo estrellas. Si fuéramos al día siguiente a mirar el cielo con un astrónomo, en una noche similar, este podría mostrarnos un cielo que la noche anterior no habíamos visto. El es capaz de distinguir cometas, planetas y otros cuerpos porque tiene distinciones o conocimientos que nosotros no poseemos. De esta manera percibiríamos de otra manera el cielo al día siguiente. Si fuéramos una tercera noche a mirar un cielo despejado y esta vez lo hiciéramos con un astrólogo, nos mostraría un cielo totalmente diferente al de las noches anteriores, podríamos ver constelaciones como Tauro, Escorpio, Géminis, que antes simplemente no veíamos. El astrólogo con sus distinciones puede generar cartas natales, revoluciones solares y otras acciones que para quien no puede percibir las constelaciones, no puede generar.”
Es decir, el Lenguaje nos permite acceder a mundos (o cielos) que no estaban disponibles antes de una conversación y que nos van a proporcionar nuevas posibilidades de acción e intervención. En el ejemplo anterior el poder conversar con este astrólogo nos permite que percibamos otro cielo y tengamos disponibles otras acciones. Claro que el lenguaje también nos sirve para etiquetar o describir pero lo que decimos es que el lenguaje es mucho más que eso.
Comenzamos a ver la estrecha relación entre el lenguaje, el entorno en el cual percibimos y las posibilidades de coordinar acciones. “A mayor capacidad de distinguir, mayor posibilidad de percibir.”
De acuerdo con lo que percibamos vamos a tener disponibles ciertas acciones y no otras.