No siempre es fácil dar o recibir feedback. Ambos participantes – el emisor y el receptor – deben estar abiertos a los beneficios fundamentales del feedback y a la posibilidad de que el feedback que se está dando podría estar basado en supuestos erróneos. Cuando ambas partes creen que el feedback puede tener un valor real, se pueden centrar en el mensaje y actuar sin premura. Pero antes de llegar a este punto, es probable que cada parte tenga que resolver algunos temas relativos a actitudes o asociaciones negativas.
Tal vez a usted le cueste dar feedback porque usted:
Es posible que usted evite recibir feedback correctivo porque usted: tiene una fuerte tendencia a racionalizar las cosas y adopta posturas defensivas frente a la crítica esperada.
Incluso es posible que recibir feedback positivo le incomode porque usted:
Naturalmente, dado que el feedback se basa en interacciones entre al menos dos personas, existen muchos momentos en los cuales la comunicación honesta y productiva puede colapsar. Las preocupaciones recién mencionadas son normales pero fáciles de contrarrestar porque el feedback no sólo vale el riesgo de poner a prueba las relaciones, sino que es esencial para la salud de la organización.
Consejo: Elogie en público; de feedback contributivo en privado.
Sin embargo, algunas situaciones especiales pueden plantear problemas que superan la norma. Las relaciones personales pueden interferir con la discusión abierta o directa de los temas. Por ejemplo: