Negocios Conscientes
Módulo 3
Colaboración II
Si al seguir los pasos anteriores nos damos cuenta que el conflicto incluye además un tema operacional y que resolver los temas personales e interpersonales no es suficiente, entonces hay que seguir negociando para resolver el conflicto a nivel de la tarea.
Cuando ocurre esto entramos entonces en el proceso de resolver el conflicto operacional.
Hasta este momento hemos abordado aspectos personales e interpersonales de un conflicto.
La base para resolver un conflicto operacional es descubrir de qué manera ofrecer a la otra parte lo que realmente desea sin renunciar a lo que nosotros realmente deseamos.
Si el desacuerdo no parece tener solución, cada una de las partes tratará de obtener su propio MAAN.
Algunas personas creen que la imposibilidad de lograr consenso es un mal resultado. Esto no es cierto.
A menudo la mejor solución ⎯la que agrega más valor para todas las partes y al mismo tiempo respeta los derechos de propiedad de todos⎯ es estar en desacuerdo.
La base para resolver un conflicto operacional es descubrir de qué manera ofrecer a la otra parte lo que realmente desea sin renunciar a lo que nosotros realmente deseamos.
Para hacerlo es necesario distinguir posiciones e intereses.
Piensa en algo que deseas en este momento. Supongamos que es un vaso de agua. Si yo te pregunto: “¿Por qué quieres un vaso de agua?”, podrías decirme “Para saciar mi sed”.
Es decir que no quieres un vaso de agua, lo que realmente quieres es saciar tu sed. De hecho, saciar la sed es seguramente un medio para un fin adicional, tal vez para “sentirte satisfecho”.
Para descubrir los intereses que subyacen en una posición, aconsejamos formular una pregunta clave:
Esas preguntas han creado un espacio y flexibilidad, que en la confrontación de posiciones e intereses no existe, y entonces da lugar a un proceso de toma de decisiones. Esta es la clave de las negociaciones: “yo gano, tú ganas”.
Consiste en:
Cuando descubrimos que tenemos diferencias significativas con otras personas, a menudo suponemos que tenemos muy pocas cosas en común. Este concepto equivocado tiene un papel importante en el conflicto, dado que nos lleva a ver las negociaciones como enfrentamientos. La verdad es que detrás de cada conflicto existe un gran espacio para la colaboración. Si ambas partes no tuvieran intereses en común, ni siquiera habrían comenzado a conversar. Aunque nos parezca que no concordamos en absoluto, nos necesitamos para poder resolver nuestros problemas.
Recuerda que ya hemos analizado nuestro conflicto personal y hemos descubierto que tenemos diferencias en el plano operacional
¿Qué debemos hacer para lograr el consenso?
Aquí utilizamos la pregunta que permite descubrir los intereses que subyacen a las posiciones. Cada parte pregunta a la otra: “¿X te permite obtener algo que para tí es más importante que X en sí mismo?”
Una vez que hayas descubierto los intereses subyacentes, trata de desarrollar nuevas opciones. La clave para el pensamiento creativo colectivo es que todas las propuestas son válidas. No está permitido hacer críticas, valoraciones o debates. El objetivo es hacer una lista de alternativas tan larga como sea posible. Incluso las opciones más “delirantes” pueden ser útiles. A veces, son precisamente las que pueden adaptarse para llegar a una resolución consensuada.
Después de redactar una lista de opciones, las partes pueden discutir los atractivos relativos de cada una de ellas. Durante el diálogo pueden surgir nuevas opciones. Este proceso de selección y negociación conduce a dos posibles conclusiones: lograr un resultado consensuado (sobre lo que harán) o no.