Liderazgo Personal
Módulo 7
Comunicación Efectiva II
El pedido es un acto lingüístico por el cual quien pide, intenta obtener una promesa por parte de quien escucha.
Ejemplos: “¿Puede (usted) hacerse cargo del equipo de ventas?” “Me gustaría presentar sus conclusiones en la reunión de calidad de mañana. ¿Me podría dar un resumen de ellas?” “Por favor, alcánceme la información sobre el estado de las cuentas a cobrar.”
En cada caso, quien pide, solicita la ayuda de quien escucha, para generar ciertas condiciones que satisfagan su inquietud.
Por ejemplo, un cirujano puede decir “¡Bisturí!” para solicitar que su asistente le alcance el instrumento, o un maître puede simplemente chasquear sus dedos para pedirle al camarero que se acerque a atender a los nuevos comensales. Lo importante no es la forma en que el pedido se realiza, sino la forma en que el pedido se escucha. Estos pedidos tácitos son operativos y se pueden comprender fácilmente.
Otras veces los pedidos tácitos, pueden llevar a confusión cuando uno cree que está pidiendo y el otro no se da cuenta de haber recibido un pedido. Se trata de pedir sin pedir lo cual puede ser una manera de evitar el impacto de una negativa directa. Por ejemplo, dejar una nota que diga: «Me gustaría ir al cine un día». Si la otra persona no responde, podemos reclamar ¿Por qué no me has invitado al cine?
Todo pedido depende de un contexto compartido.
Dado que las condiciones de satisfacción no pueden ser especificadas en forma aislada (su significado depende del contexto de la conversación), es importante que los interlocutores operen en un contexto común. Este marco interpretativo asegura que la escucha de quien recibe el pedido sea congruente con la intención comunicativa de quien lo hace. Sin un contexto compartido es imposible comunicarse.
Cuando hacemos un pedido o una promesa, no describimos en palabras cierto estado presente del mundo, sino que los pedidos y las promesas expresan la intención y el compromiso de hacer que el estado futuro del mundo –o de una situación– concuerde con tales palabras.
La capacidad de recibir y hacer compromisos es una de las características definitorias de una persona.
Esto significa que uno siempre tiene el poder de declarar su promesa, oferta o pedido. Cualquiera puede hacer una sugerencia simplemente diciendo “le sugiero…”, o un pedido diciendo “le pido…”, o una promesa diciendo “le prometo…”, o una oferta diciendo “le ofrezco…”. Lo que nadie puede hacer es declarar el compromiso de otro, a menos que lo autorice un permiso especial delegado por este.