Fostering Talent - Instituto de Desarrollo Personal y Profesional

Certificación Internacional

Liderazgo Personal

Módulo 4

Saber qué priorizar

Las quejas del YO

Cuando somos nosotros los que nos quejamos

Así como es importante prestar atención a las quejas de los demás, es importante prestar atención a las quejas de uno mismo. 

Cuando algo nos molesta, tendemos a adoptar una de dos actitudes:

  • Caer en la trampa del lamento tranquilizador, quejándonos en forma de víctimas. 
  • Reaccionar con un fuerte juicio negativo hacia nosotros mismos y desechar nuestras quejas pensando que son una muestra de debilidad y falta de protagonismo.

Ninguna de las dos actitudes es apropiada. Es posible tomar un tercer camino: investigar la raíz de la queja para encontrar aquello que nos concierne y afecta profundamente. A partir de este descubrimiento podemos comprometernos a ejercer las acciones necesarias para perseguir nuestros objetivos en armonía con nuestros valores. 

Encontrando el valor oculto en el dolor

valores

Podemos encontrar el valor oculto en el dolor mediante la siguiente pregunta: ¿Qué valores, creencias o convicciones se derivan de tus respuestas a las preguntas anteriores?

Seguramente existen múltiples respuestas, pero para el ejercicio alcanza con una.

La manera más fácil y rápida de contestar esta pregunta es completando alguna de las siguientes frases:

  • Creo firmemente en el valor o la importancia de… 
  • Estoy comprometido con la creación de un entorno en el que prevalezca… 

Ejemplos de respuestas a las primeras interrogantes ofrecidas por los participantes en seminarios:

  1. Creo firmemente en el valor de la autonomía de mis empleados y en tomarme el tiempo para pensar en forma estratégica.  
  2. Estoy comprometido con la creación de un entorno en el que prevalezca la escucha, el respeto mutuo y el trabajo en equipo.  
  3. Creo firmemente en la importancia de la coordinación efectiva de acciones mediante el diálogo.  
  4. Creo firmemente en la importancia del equilibrio entre el trabajo y la familia; estoy comprometido con la creación de un entorno en el que pueda cumplir con mis compromisos familiares.  
  5. Valoro profundamente la responsabilidad personal y la libertad de criterio.  
  6. Estoy comprometido con la creación de un entorno en el que prevalezca la excelencia y el respeto en la atención del público. 
  7. Creo firmemente en el valor del respeto por la confidencialidad y la identidad del otro y estoy comprometida con tener conversaciones frontales. 
  8. Creo firmemente en la importancia de mantener un equilibrio físico, emocional y mental, y de vivir en forma saludable y relajada. 
  9. Estoy comprometido con hacer un buen trabajo, respondiendo a las expectativas de mi jefe y mis compañeros. 

Estas respuestas permiten hacer evidente y también encontrar el valor escondido tras el dolor de la queja. Es justamente el compromiso con este valor lo que hace sufrir cuando no está presente. Invitar a quien se lamenta a encontrar aquello que verdaderamente le importa es una forma de honrar su queja.

Comparación entre Lamento y Compromiso generado por una queja valorada

Kegan y Lahey

LAMENTOCOMPROMISO
Surge y se expresa automáticamente. Este comportamiento es comúnSe expresa después de reflexión y conciencia. No es tan usual
Se refiere a algo insoportableSe refiere a algo valioso
Quien lo expresa siente que no tiene esperanza, con frecuencia es irónico y hasta cínicoQuien los expresa está esperanzado y lleno de convicción para lograr
Expresa frustración e impotenciaExpresa energía y sensación de poder
La queja es señal de lo que está malLa queja es señal de lo que es importante para alguien

Al enfrentar situaciones insatisfactorias, oscilamos entre la obsesión por las quejas y su desatención. A veces ponemos una enorme energía en nuestros lamentos, nos preocupamos por contárselos a todos los que podamos convocar, construyendo historias de víctimas que explican cómo nuestra desazón fue causada por factores externos y cómo estamos luchando heroicamente para corregir las injusticias cometidas. 

A veces ignoramos totalmente nuestra pena, conminándonos a actuar con madurez y no caer en la trampa de la autoconmiseración. Ambas estrategias son problemáticas. En la primera, se descartan las formas en que uno mismo contribuye a crear la situación y su responsabilidad frente a ella. En la segunda, se descartan los propios sentimientos, ese radar interno que aporta información fundamental sobre valores y principios. La tercera opción es investigar la queja de modo de convertirla en materia prima para el auto-conocimiento y la acción efectiva.