Liderazgo Personal
Módulo 4
Saber qué priorizar
Así como es importante prestar atención a las quejas de los demás, es importante prestar atención a las quejas de uno mismo.
Ninguna de las dos actitudes es apropiada. Es posible tomar un tercer camino: investigar la raíz de la queja para encontrar aquello que nos concierne y afecta profundamente. A partir de este descubrimiento podemos comprometernos a ejercer las acciones necesarias para perseguir nuestros objetivos en armonía con nuestros valores.
Podemos encontrar el valor oculto en el dolor mediante la siguiente pregunta: ¿Qué valores, creencias o convicciones se derivan de tus respuestas a las preguntas anteriores?
Seguramente existen múltiples respuestas, pero para el ejercicio alcanza con una.
Estas respuestas permiten hacer evidente y también encontrar el valor escondido tras el dolor de la queja. Es justamente el compromiso con este valor lo que hace sufrir cuando no está presente. Invitar a quien se lamenta a encontrar aquello que verdaderamente le importa es una forma de honrar su queja.
LAMENTO | COMPROMISO |
Surge y se expresa automáticamente. Este comportamiento es común | Se expresa después de reflexión y conciencia. No es tan usual |
Se refiere a algo insoportable | Se refiere a algo valioso |
Quien lo expresa siente que no tiene esperanza, con frecuencia es irónico y hasta cínico | Quien los expresa está esperanzado y lleno de convicción para lograr |
Expresa frustración e impotencia | Expresa energía y sensación de poder |
La queja es señal de lo que está mal | La queja es señal de lo que es importante para alguien |
Al enfrentar situaciones insatisfactorias, oscilamos entre la obsesión por las quejas y su desatención. A veces ponemos una enorme energía en nuestros lamentos, nos preocupamos por contárselos a todos los que podamos convocar, construyendo historias de víctimas que explican cómo nuestra desazón fue causada por factores externos y cómo estamos luchando heroicamente para corregir las injusticias cometidas.
A veces ignoramos totalmente nuestra pena, conminándonos a actuar con madurez y no caer en la trampa de la autoconmiseración. Ambas estrategias son problemáticas. En la primera, se descartan las formas en que uno mismo contribuye a crear la situación y su responsabilidad frente a ella. En la segunda, se descartan los propios sentimientos, ese radar interno que aporta información fundamental sobre valores y principios. La tercera opción es investigar la queja de modo de convertirla en materia prima para el auto-conocimiento y la acción efectiva.