Liderazgo Personal
Módulo 4
Saber qué priorizar
Mark Twain
*Tómate unos minutos para reflexionar.
La mayoría de nosotros pasamos demasiado tiempo en lo que es urgente y no lo suficiente en lo que es importante.
Stephen R. Covey
El siguiente ejercicio realizado por Fred Kofman con participantes en unos seminarios puede servir a quienes transitan un camino hacia el liderazgo para indagar insatisfacciones y quejas que pueden promover cambios.
Es importante aceptar todas las respuestas como válidas y no cuestionar ninguna, aún si consideramos que son imposibles o irrazonables. Detrás de cada una de éstas respuestas existe una importante riqueza de información que puede reflejar aspiraciones y deseos profundos que los orienten hacia su logro.
Llamamos “dolor” a estas situaciones, porque generan insatisfacción y deseo de cambio. Normalmente este dolor se expresa como queja.
El lamento colectivo es una de las principales avenidas para mitigar el dolor; el problema es que esta actividad solo genera impotencia y resentimiento. Al igual que el alcohol, provee alivio inicial, pero el precio de este alivio es altísimo: una vida de víctima.
Quejas: la queja no cambia nada
Tiene el poder de aplacar temporalmente la frustración y la tensión emocional, es un mecanismo tranquilizador por excelencia y sin embargo carece de poder generativo o transformador.
Es posible manejar la queja mediante la técnica adecuada, porque en su raíz, en lo que la origina, contiene información importante para los líderes. Esta información, como dicen Kegan y Lahey, proviene del hecho de que “no nos quejaríamos si no nos importara algo”.
Por otra parte, la inteligencia emocional nos indica que detrás del dolor está siempre el amor. Debajo de la superficie de nuestras quejas existe el sustrato de nuestros intereses, preocupaciones, quereres y valores. Si buscamos más allá de la queja, podemos encontrar nuestros compromisos más profundos.
No es conveniente ignorar las quejas, es una técnica poco efectiva.
Cuando recibimos una queja de alguien, es fundamental reconocer que hay algo que lo está molestando. Así mismo cuando nos encontramos quejándonos.
Más allá de la forma en que nuestro interlocutor presenta su molestia, podemos inferir con seguridad que hay información rica para extraer de la interacción, de la relación, del Nosotros y también de la tarea.
Si somos capaces de escuchar y ayudar al otro a descubrir aquello que en realidad le interesa, aquello con lo que está comprometido a perseguir como objetivo, podemos encontrar maneras de resolver la situación de manera que aumente la efectividad en el trabajo, profundice nuestra relación y mejore la calidad de vida de los involucrados.